Por
Hugo César Razo.
Por la carretera a San Felipe, a tan solo 1 km de distancia del primer reten militar, en medio de la nada, aparece un letrero que anuncia la llegada a la zona conocida como El chinero, región pequeña y deshabitada pero de cierto interés para los amantes de leyendas y mitos. Aquí hace bastantes años paso una desgracia, desgracia cuya misma lejanía de la época evito su registro, y bajo esta característica se han creado multitud de versiones a lo largo de la historia.
Estamos
hablando de la tragedia de El chinero o Desierto de los chinos, un suceso ocurrido hace mas de un siglo en
tierras cachanillas en donde fallecieron gran numero de migrantes asiáticos, y
que forma parte de las primeras travesías
de ciudadanos de origen extranjero por incorporarse a la mano de obra de
una recién creada y prometedora Ciudad de Mexicali.
Cerro del chinero (2013) |
Según los
historiadores, el grupo de chinos que fallecieron formaban parte de los
primeros grupos de migrantes chinos originarios de la provincia de Cantón ( de
ahí el famoso nombre de la comida: comida cantonesa) que abandonaron su nación
a principios del siglo XX debido a distintas circunstancias, entre ellas: Los
conflictos políticos, la extrema pobreza de aquella época ,y la campaña de
prosperidad con la que se idealizaba a América;
gran parte de estas personas fueron contratadas para trabajar en el
trazado de las vías ferroviarias en California, pero con la apertura del
cultivo agrícola en las zonas del valle de Calexico y Mexicali muchos optaron
por cambiar su profesión y asentarse en esa región productiva. El grupo que mas
tarde protagonizaría la tragedia había abordado una embarcación en el puerto de
Guaymas, Sonora y desembarcaron en las
costas de San Felipe con la intención de llegar a Mexicali cruzando el
desierto, posiblemente este sea uno de los pocos datos en el que coincidan las
distintas versiones existentes, ya que algo peculiar del suceso es hay
bastantes discrepancias entre los relatos de los historiadores e investigadores
que tratan el tema, cada especialista varía en cuanto a ciertos datos
importantes, por ejemplo: La fecha (para algunos ocurrió en 1902, otros
argumentan que fue en 1916), el numero de migrantes chinos (las cifras van
desde los 40 hasta los 75 individuos) y en la presencia de un guía mexicano
responsable que incito a cometer la travesía por el desierto a cambio de un
pago jugoso ( en algunos textos el guía recibe el nombre de José Escobedo).
Como ejemplo esta el siguiente fragmento encontrado:
El
pueblito en la región del Rio
El
26 de agosto de 1902, desde el villorrio de pescadores conocido como San
Felipe, José Escobedo en pleno calorón emprende camino hacia el pueblito del
Rio, guiando a cuarenta y dos asiáticos recién desempacados de Sinaloa. La
tirada era llegar a los bebederos de Tres pozos y al del Salado, reabastecerse
de agua y descansar un rato, para luego reanudar camino. Nomás que no supieron
dar con los pozos. En vez de regresar, siguieron caminando nueve días,
perdidos, entre los cerros Moreno y
El Mayor, en la Sierra de las Pintas, la muerte hizo su agosto ganando treinta
y cinco orientales de jalón. Solo ocho llegaron vivos al actual Mexicali; siete
arrepentidos chinitos y el atarantado guía.
A
esa zona donde murieron, yendo a San Felipe, desde ese entonces es llamado El
Chinero.
Este es un fragmento
del libro Los pioneros de Mexicali (1973) de Enrique Estrada Becerra en el cual
dedica esta parte del libro al acontecimiento del Chinero, como se puede
apreciar en el texto hay una fecha tentativa del suceso (1902), y nombre del guía (José
Escobedo), así como un numero exacto de migrantes (42), ahora comparemos estos
apuntes con un fragmento del libro Compendio histórico biográfico de Mexicali
(1966) de Celso Aguirre que fue retomado por Gabriel Trujillo en su texto Mitos y leyendas de Mexicali (2003).
Así
fue como en 1916 procedentes de San Francisco California, fueron desembarcados
numerosos chinos en el pueblo de San Felipe y abandonados a su suerte por
enganchadores sin escrúpulos que les cobraban fuertes cuotas. Desconocedores
por completo de la región, tomaron el camino hacia Mexicali; extraviándose en
el desierto en donde murieron de sed
setenta y cinco individuos de nacionalidad china, cerca de un cerro de
la sierra de los Cucapás, que la tradición ha dado a llamar Cerro de los chinos
o El Chinero, mas o menos a 99 millas del Mexicali China Town que ellos
buscaban con ansiedad.
Este fragmento como se
aprecia maneja datos distintos al anterior, pone como fecha 1916, maneja una
cifra de 75 individuos y cita en plural cuando menciona a los enganchadores que
los llevaron ahí (a diferencia del texto anterior donde solo se da el nombre de
una persona), estas diferencias informativas no solo se hallan en estos dos
textos, sino que forman parte de muchas otras divergencias que manejan
distintos autores refiriéndose al tema, todas ellas sustentadas tanto
bibliográficamente como sustentadas con entrevistas a supuestos sobrevivientes.
La falta de claridad en cuanto a la veracidad de los hechos han convertido a
este suceso histórico en anécdota digna de ser contada como leyenda, ha esto se
le suma que como relato anecdótico ha pasado de generación a generación
endulzándose con toques fantásticos, por ejemplo, hay personas que aseguran que
en la cima del cerro donde sucedió el evento por las noches se escuchan
canticos y sonidos de guitarras chinas.
Chinos en la calabaza (foto propiedad de IMACUM) |
-
Seguimos revisando el lugar, aunque
sinceramente no hay mucho que revisar, la distancia entre la carretera y el
cerro del Chinero es de aproximadamente
medio km., por el lado Oeste se aprecia una extensión de arena, por el Oeste a
lo lejos se notan las capas de sal, derivadas del agua de mar, se observa la
cordillera de montañas mas cercanas a casi 10 km, pero es una distancia
engañosa pues su aparente cercanía solo se denota por lo solitario del terreno,
en realidad se necesita de un largo viaje para llegar ahí, ahora hay una
carretera que sirve de ruta, hace 100 años no había nada, hace 100 años un
grupo de chinos murió por querer alcanzar esa cordillera, pues creían que
detrás de ella se encontraba Mexicali, solo pocos pudieron llegar a su
objetivo, al contrario fueron ellos los encontrados, pero ya ausentes de vida y
calcinados por el sol. Aquí hace años hubo una tragedia, hoy no hay ni rastros
de ella.
En el articulo titulado
Los inmigrantes chinos en la historia de
Mexicali escrito por la profesora del Instituto de investigaciones
históricas de Baja California, la profra Carmen Becerra Becerra, fueron los
ciudadanos Tomas Borquéz y Juan Negrete quienes en uno de sus tantos viajes a
San Felipe encontraron en pleno desierto los cuerpos de numerosos asiáticos
fallecidos, los únicos dos sobrevivientes de un grupo de 75 que pretendían
llegar ilegalmente a Mexicali no hablaban español y nunca supieron explicar la
causa de la tragedia, en este mismo articulo se menciona que a consecuencia de
este suceso el entonces jefe civil y militar del Distrito Norte de la Baja
California (nombre con el que se conocía antes al Estado), el general Esteban
Cantú concedió la entrada bajo contrato a trabajadores asiáticos a través de
dos arrendatarios Lee Ong Long y Charles
Troy, con esta acción fueron traídos cerca de 2,500 chinos al valle de
Mexicali, asegurando la seguridad de su trayecto (en esa versión hubo 2
sobrevivientes de 75 y no se menciona a ningún guía).
Hay dos documentos
donde se detalla mas a fondo el acontecimiento: uno forma parte del Instituto
de Investigaciones Sociales de la UABC en el texto El proceso de aculturación de la
población de origen chino en la ciudad de Mexicali, su autora Maricela
Gonzales Félix hace una narración detallada basada en varias investigaciones,
en ella maneja un grupo de 50 chinos que salieron de la cuidad de Mazatlán
rumbo a Guaymas y de los cuales solo 42
se embarcaron rumbo a San Felipe llegando alrededor del día 20 de Agosto
a zona Bajacaliforniana y ahí reunieron la cantidad de 100 Dólares para pagarle
al guía José Escobedo para que los
llevara a Mexicali, en este texto se hace una descripción mas detallada del
guía mexicano que en otros relatos no aparece, indicando su origen y las
posibles causas por las que cometió la acción de aventurarse al desierto
dirigiendo al grupo de chinos, (se encontraba desempleado y buscaba la manera
de tener efectivo para regresar a Guaymas), también se detalla que uno de los
migrantes chinos, Quong Lee si dominaba el español (lo cual contradice el
relato de Borquéz donde ninguno pudo aclarar la situación debido al idioma).
En fragmento del texto
dice:
Según
narra John Edwing Hogg en su articulo titulado
El desierto de los chinos (publicado en 1930 y basado en entrevistas
sostenidas directamente con los sobrevivientes de la tragedia del desierto),
José Escobedo, guía de los chinos, había viajado en una ocasión por el desierto
en compañía de un explorador llamado Jesús Jiménez, quien le había mostrado la
ubicación de los dos pozos existentes en la región que se denominaban Pozo
Salado y res Pozos; debido a ello, Escobedo consideró que el antecedente de su
visita anterior era suficiente para localizar los pozos de agua de nueva
cuenta. Sin embargo, el 4 de Septiembre, después de nueve días sin caminar por
el desierto con sus ropas y equipamiento totalmente inadecuado para el recorrido y de no haber encontrado los pozos de agua,
solo el guía y otros siete chinos lograron sobrevivir a la tragedia, Los
nombres de los sobrevivientes fueron Quong Lee, Hip-Hinh T-Sing, Chi Chee Hop
Chong, Far Low Wang, Loui Wah y Hu- Ang Fong: los otros 35 perecieron en
distintos lugares del desierto: en las colinas distantes de la sierra pinta, e
las cercanías de cerro Moreno, en los campos de sal cercanos a la Ventana en
las inmediaciones de el Mayor, y otros mas en distintos lugares del desierto
que hasta ese momento no contaba con nombre y que en 1902 se convirtió en el
lugar de la tragedia que creó su nombre .
Canasta china (foto proporcionada por (IMACUM) |
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Me despido de los que atienden el
restaurant, agradeciéndoles la información, no sin antes comprar algunos
productos y bebidas para el viaje de
regreso, mientras salgo del lugar arriba
un grupo de motociclistas al parecer procedentes del puerto, el auto se aleja
del restaurant El Michoacán, al pasar por el cerro del Chinero es inevitable no
voltear a verlo y cuestionarse,¨ ¿Cómo
algo tan aparentemente inofensivo guarda tantos secretos?¨, ¨¿habrá vestigios
de la tragedia ocurrida hace 100 años?¨, se dice que varios arqueólogos han
inspeccionado el lugar buscando indicios, sin encontrar resultado alguno, y al
no haber pruebas tangibles no se podido oficializar la historia, aun cuando se
cuente con bastantes testimonios. Por lo pronto el cerro y el desierto se
quedaran ahí, esperando que alguien resuelva los misterios que esconde su
pasado.
Como
a las diez de la mañana se toparon con el Rio Colorado y tomaron agua, estando
ahí algunas horas para descansar y esperar a sus otros compañeros, pues los
primeros en llegar al río fueron res, ya entrada la tarde siguieron caminando
sobre la margen del Río Colorado rumbo a un lugar donde se oían ladrar perros; ahí llegaron como a las ocho
de la noche a unas casitas de ramas y otras lonas y cartones donde habitaban
gentes que no pudieron hacerse entender, por lo que ellos los llevaron en unas
bestias hasta un lugar donde se encontraron paisanos chinos, a quienes
platicaron la situación y la urgencia que tenían de llevar auxilio a sus
paisanos q se habían quedado en el camino, por lo que se organizo la salida en
bestias y unas dos carretas para llevar agua y alimentos que con urgencia se requerían,
por lo que él y su compañero conducieron la campaña de rescate, para esto ya
había pasado otro día, ya que al lugar donde habían sido llevados estaba muy
retirado del río en donde ellos llegaron, por lo que en ese trayecto se
encontraron a cinco compañeros de los diecinueve que salieron para buscar
ayuda, faltando otros ocho los cuales, en el trayecto del río, al chinero,
fueron encontrados muertos por lo fuerte del sol, siendo esto en distancias de
uno con otro; por lo que siguieron su viaje hasta llegar al cerro donde se
habían quedado los otros veinte, encontrándose con la desagradable noticia de
que ya habían muerto de sed y hambre, además el calor era muy fuerte.
Comprobaron que dos se habían suicidado por tener las venas del pescuezo cortadas
y las muñecas de los brazos, asi mismo como seis de ellos salieron hacia el
desierto tal vez locos por la sed y la acción del sol; a estos ya no los
buscaron diciendo que a los cadáveres no los pudieron sepultar por no traer
herramientas y la situación era muy pesada por el calor y la desesperación que
tenían al ver lo sucedido a esa gentes. Ya nada se podía hacer querían ahora
salvarse ellos de esa pesadilla.
Gracias buena recopilacion de versiones de esta tragedia ...tengo una version de que la tragedia ocurrio en 1915 , pero apenas la voy a preparar . Saludos.
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